lunes, 1 de agosto de 2011

Altura infinuta

Soñé de nuevo que yo era Infinuti.
El sueño era, más o menos, como el anterior.
La diferencia era que yo, que era yo e Infinuti a la vez, medía dos metros de altura.
Era un hombre alto, aunque no un gigante.
Octavia  aparecía para advertirme, sos grandote pero no gigante.
Esto me molestaba bastante, sobre todo cuando agregaba, para ser considerado gigante deberías medir por lo menos dos metros y medio.
Me ponía muy nervioso esta situación, porque no la podía remediar. Ya era bastante el haber llegado a una altura tan alta, una altura notable.
Pero había como una presión que pedía más, “Infinuti no puede quedarse a mitad de camino”.
¿Y por qué no? También me molestaba que apareciese Martinuchi, que también era yo, y me comentara que en un negocio cercano, una cuadra, vendían zancos.
Luego pasó Octavia y me pidió que le alcanzase un manojo de llaves.
Adónde está.
En aquella repisa.
La repisa estaba a tres metros y medio de altura.
Le pedí una escalera, se mató de risa en mi cara.
Me señalaba con el dedo y me decía cosas que ya no recuerdo, porque ahí desperté, rojo de la vergüenza.
Fui al baño a lavarme la cara.

Infractor Instructor Interventor Inventor Inspectotr Martinuchi

No hay comentarios:

Publicar un comentario