viernes, 15 de julio de 2011

Sueño transparente


Y esta noche soñè con Octavia.
Esta vez no me preocupè, Octavia no era yo, ni hacía de mì.
Era Octavia, no habían dudas, aunque, sí, estaba un poco más gorda.
Por ejemplo, hablaba por teléfono celular y luego se lo comía.
Eso, parece, la hacía engordar.
La duda que tenga o, más que duda, una sensación de picazón en la garganta, es por qué Octavia sigue siendo ella en mis sueños, mientras que yo, como me sucedió ayer, a veces soy Infinuti,
O como, por ejemplo, en este sueño con Octavia, yo no me llamo de ninguna manera.
Ni siquiera me veía, ni sentía nada de ropa puesta encima, pero tampoco estaba desnudo.
Simplemente, no estaba, pero era yo.
Octavia me hablaba, me trataba de Martinuchi, y yo intentaba responderle, pero no me salía la voz.
¿Cómo me iría a despertar, ahora, en estas circunstancias tan obscuras?
Obsuras, no: incoloras.
Transparentes.
Mudas.
De nuevo yo mismo me salvé.
Me di cuenta de que yo era quien controlaba el sueño porque, de pronto, sentí ganas de dormir, igual que la noche anterior.
Octavia notó este estado mío y me invitó a dormir.
Me dijo, andate a dormir, te estás muriendo de sueño.
Y yo lo que menos quería era morirme.
De ninguna manera iba a permitir que el sueño me matase.
Le respondí a Octavia, yo no me duermo nada. Antes, lo mato al sueño.
Yo no soy capaza de matar a nadie, pero parece que el sueño se asustó.
En su huída, me dejó caer en la cama.
Del golpe, me desperté
Constaté que estaba yo entero.
Sólo el pie izquierdo seguía durmiendo.

Inspec   to   r   nn MInspector Martuninuchi

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